¿Bajas de peso y vuelves a engordar?
¿Terminas una relación tóxica y la siguiente vuelve a ser similar?
¿Te dices que mañana iniciarás ese proyecto que has estado posponiendo y finalmente continúas procrastinando?
¿Por qué les pasan estas cosas a personas inteligentes, bien intencionadas y con verdaderos deseos de realizar cambios en sus vidas?
¿Por qué pareciera que se auto sabotean?
Desde luego la causa no está en una “deficiencia personal”. No se trata de lo que estas personas hacen, sino de quiénes creen ser cuando lo hacen. En resumen, en la identidad personal, en la autoestima.
¿Y cuál es la solución? Es necesario decidir y actuar experimentando ser la persona que es capaz de producir esos resultados. En pocas palabras, convertirte en ese tipo de persona. Y esto, claro está, toma tiempo y aprendizaje.
Recuerdo una historia que, según se cuenta, fue narrada por el filósofo José Antonio Marina:
“Hace ya muchos años se estaba construyendo una catedral. Un hombre, siguiendo la costumbre más perpetuada en este país, se pasó por las obras para ver cómo otros trabajaban. Y allí se encontró con tres maestros canteros que, cincel en mano, estaban trabajando la piedra para construir el templo.
Se acercó al primero y le preguntó qué es lo que estaba haciendo. La respuesta fue contundente y malhumorada:
Pues es bastante evidente, ¿no? Aquí picando esta piedra con la solana que hace… y con la sed que yo tengo. ¡Y lo que me queda aún! Por no hablar de lo que me fastidia el capataz por aquí de paseo, sin dar un palo al agua. A mí también me gustaría ser capataz…
Al acercarse al segundo cantero, esto fue lo que le dijo sin apenas mirarle a la cara:
Pues aquí ando haciendo lo que me han mandado. Tengo mujer y cuatro hijos, ¿sabe?, así que toca obedecer para poder llevar el pan a casa.
Al acercarse al tercero, comprobó que éste trabajaba con un entusiasmo inusitado. Al hacerle la misma pregunta que a los dos anteriores, éste le respondió con satisfacción y orgullo:
¿Que qué estoy haciendo? ¿Acaso no lo ve caballero?, UNA CATEDRAL”
No se trata solo de hacer, se trata de SER en tu día a día ESE tipo de persona, sobre todo en los pequeños actos cotidianos que, consolidándose en el tiempo, determinan el resultado que quieres.
Ser constructor de catedrales.
¿Cómo? Modelando al tipo de persona que ha conseguido con éxito lo que tú deseas conseguir:
Sumando pequeñas victorias.
Ya lo dijo el Maestro: “Como seas en lo pequeño serás en lo grande”.
No nos liemos, mordamos pequeño y mastiquemos lento manteniendo en la mira el resultado que deseamos obtener.
• ¿Qué cosas hace ese tipo de persona que obtiene los resultados que tú quieres obtener?
• ¿Define con precisión para qué quiere ese resultado en especial?
• ¿Determina con claridad el resultado que desea?
• ¿Se prepara con antelación? ¿Se informa? ¿Se asesora?
• ¿Considera los obstáculos e inconvenientes que se puedan presentar?
• ¿Prepara soluciones anticipadas para los posibles obstáculos de tal modo que pueda continuar en pos de lo que quiere?
• ¿Recalcula la dirección si fuera necesario teniendo en cuenta las prioridades más importantes?
• ¿Se mantiene enfocada en el resultado y actúa consistentemente hasta conseguirlo?
• ¿Evalúa periódicamente cuánto ha avanzado?
Todo cambio verdadero es un proceso. Toma tiempo y, el camino no nunca es recto y ascendente. Siempre puedes decidir de nuevo. Aprender y transformarte.
Y el proceso de cambio personal puede ser una gratificante aventura de autodescubrimiento del ser que decide convertirse en un constructor de catedrales.
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